Salud

¿Por qué es importante vacunarse en un contexto de pandemia?

El 1° de julio de 1921 se aplicó por primera vez la vacuna contra la tuberculosis desarrollada por los científicos franceses Albert Calmette y Camille Guérin.

Las vacunas son la medida de prevención más eficaz para el control de muchas enfermedades infecciosas comunes que en el pasado representaron la mayor causa de mortalidad en la población. Además de tener un gran impacto en la salud de quien las padece, las enfermedades infecciosas también tienen un gran impacto económico, tanto para el ámbito privado como para los sistemas de salud, ya que implican consultas médicas, hospitalizaciones, discapacidad transitoria o permanente y hasta muertes prematuras.

Es por ello que, según la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, “es importante continuar con la administración de vacunas, sobre todo porque estamos en una situación de crisis sanitaria y tenemos que prevenir cualquier tipo de enfermedad que requiera internación, para cuidarnos a nosotros mismos y a los demás de posibles contagios y también para cuidar los recursos disponibles en el sistema de salud”, explica.

Cabe mencionar que las vacunas contienen sustancias compuestas por un microorganismo entero, o parte de él, que permite inducir una respuesta en quien lo recibe, simulando la enfermedad de forma natural pero con menor o ningún riesgo. Este procedimiento se denomina inmunización activa, ya que el sistema inmunológico o de defensa de cada persona debe trabajar en el reconocimiento de ese agente.

¿Por qué es importante vacunarse?

Si bien, a raíz de la pandemia del COVID-19, tomó más fuerza una corriente antivacunas que promueve la no vacunación de los niños, basándose en ciertas escuelas naturistas o en el temor a los efectos secundarios, las vacunas son una medida de prevención segura y cada año se aplican a millones de niños en todo el mundo. “Hoy más que nunca es importante concientizar a la población de que las vacunas son un acto responsable y solidario, ya que la persona que no se vacuna, no solo se pone en riesgo a sí misma, también pone en riesgo a toda la comunidad”, remarca El Haj.

Según la Organización Mundial de la Salud, las vacunas, junto con la provisión de agua potable, son las dos intervenciones más relevantes tanto para la disminución de la mortalidad infantil, como para el crecimiento de las poblaciones.

La vacuna del BCG

La vacuna del BCG o Bacilos fue desarrollada por los científicos franceses Albert Calmette y Camille Guérin para prevenir la tuberculosis y otras infecciones causadas por micobacterias. “El mayor beneficio de su aplicación es la disminución del riesgo de tuberculosis, incluida la meningitis tuberculosa, la enfermedad diseminada en los niños y la enfermedad pulmonar en los adultos. La vacunación en recién nacidos y bebés que aún no han sido expuestos a las micobacterias otorga un mayor beneficio que la vacunación de niños mayores y adultos que ya han estado expuestos a este tipo de bacterias”, explica la El Haj.

Si bien la magnitud de la protección, que es del 80 por ciento durante los primeros 15 años de vida, se reduce pasado ese período, desde 1995 no se considera necesario aplicar otra dosis de BCG, además de la aplicación en el momento del nacimiento.

Por otro lado, no se recomienda su aplicación en pacientes que presenten patologías como cáncer, leucemia, determinadas enfermedades crónicas, enfermedades infecciosas agudas, inmunodeficiencia crónica o adquirida. Tampoco debe aplicarse en personas que estén realizando tratamientos con inmunodepresores, como por ejemplo corticoides, o durante el embarazo.

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